Gus Van Sant (Kentucky, 1952) es uno de los cineastas más eclécticos y subversivos que ha parido el cine norteamericano en los últimos veinte años. Sobre lo primero basta con señalar que para muchos es conocido por haber dirigido Mi Idaho privado (My Own Private Idaho, 1991) mientras que para otros es el director de El indomable Will Hunting (Good Will Hunting, 1997). Probablemente estos últimos estén más interesados en sus trabajos más rentables, como Descubriendo a Forrester (Finding Forrester, 2000) o Todo por un sueño (To Die For, 1995), mientras los primeros encontrarían al verdadero Van Sant en sus primeras cintas, como Mala noche (Bad Night, 1985) o Drugstore Cowboy (ídem, 1989). El elemento subversivo vendría más tarde: Psicosis (Psycho, 1998), Gerry (ídem, 2002), Elephant (ídem, 2003) y Last Days (ídem, 2005), hasta la recién estrenada en Cannes Paranoid Park (2007), que parece ir en la misma línea.

Yo creo que todas las películas de Van Sant son buenas. Incluso Psicosis, cuya estrategia mimética la utilizó después la terna Rodríguez / Miller / Tarantino para la interesante Sin City, ciudad del pecado (Sin City, 2005). Creo que El indomable Will Hunting y Descubriendo a Forrester tratan temas parecidos (de superación, búsqueda de la identidad…) desde un lenguaje convencional pero no por ello poco efectivo. Y Mi Idaho privado es una de las mejores películas de los años noventa.
Sin embargo, Gerry y Elephant son dos películas mucho más crípticas. Ambas se alejan de los estándares de Hollywood: la primera es casi una película muda, que no se molesta en aportar ningún tipo de información sobre los dos personajes que se pierden en un “paisaje-total”, con un protagonismo estético y narrativo absoluto del entorno. En Elephant el marco espacial también aprisiona a los personajes del Instituto Columbine, pero ahora los hechos reales otorgan una dimensión dramática a la película que la hace mucho menos inasible que la anterior.

Gerry y Elephant son experiencias sensitivas de múltiples capas, películas que se pueden ver una y otra vez encontrando nuevas cualidades en cada visionado. Para algunos críticos estas películas son auto-indulgentes y pretenciosas, adjetivos que algunos utilizan cuando no entienden lo que ven, cuando no se esfuerzan en ir más allá de la mera narración tradicional. Para otros, como el que suscribe estas líneas, son las obras de un artista dinamitero y muy personal, pero artista al fin y al cabo. Son dos películas que el espectador puede agarrar como algo propio, más allá de las interpretaciones de cada uno (de Gerry se ha dicho de todo: un solo hombre con doble personalidad, una reflexión sobre las diferentes maneras de enfrentarse a la mortalidad, un minimalista Brokeback Mountain…), sin duda alguna todas igual de válidas. Es un cine libre y sano, ni mejor ni peor que El indomable Will Hunting o Descubriendo a Forrester, pero que no se debería menospreciar por sus numerosos a prioris.
Valoración de Gus Van Sant: ****
Mi Idaho privado: *****
Descubriendo a Forrester: **
Todo por un sueño: ***
El indomable Will Hunting: ***
Gerry: *****
Elephant: *****
La que más me gusta es Gerry, aunque recomiendo cualquiera de sus películas, todas muy estimulantes.